Las ayudas técnicas (AT) son “todo dispositivo, aparato o utensilio que ayuda a potenciar la autonomía personal de las personas con discapacidad, mediante elementos facilitadores, para acceder lo más posible a la normalidad, partiendo de la capacidad deficiente y transformando el entorno”.
Los principios que determinan el diseño de las ayudas técnicas son:
- Uso equitativo, no discriminatorio.
- Flexibilidad de uso.
- Uso sencillo e intuitivo.
- Facilidad de percepción de la información.
- Tolerancia al error.
- Esfuerzo físico reducido.
- Tamaño apropiado.
A la hora de elegir una ayuda técnica:
- Se tendrá en cuenta el problema al que se precisa dar solución.
- Definir las necesidades a cubrir y valorar las limitaciones del individuo.
- Informarse sobre las prestaciones económicas que concede la Seguridad Social, las Comunidades Autónomas y/o los Ayuntamientos para su adquisición. Esta información la facilitan los Trabajadores Sociales de los Centros de Salud, de las Consejerías Sociales y de las concejalías de Servicios Sociales.
- Valorar la oferta del mercado. La mayoría de las ayudas técnicas tiene un coste asequible y la relación calidad precio es buena.
- Hacer un ensayo para comprobar si la elección ha sido la correcta.
En el proceso de elección de la ayuda deben intervenir, siempre que sea posible:
- Persona que va a utilizar la ayuda técnica.
- Familia.
- Terapeuta ocupacional.
- Médico y personal de Enfermería.
- Rehabilitador y/o fisioterapeuta.
- Trabajador social.