PRINCIPIOS DE APLICACIÓN DE LA TECNOLOGÍA EDUCATIVA EN LOS DÉFICITS COGNITIVOS

La tecnología ha revolucionado en muchos aspectos la sociedad, favoreciendo interacciones antes imposibles, promoviendo la transformación de la sociedad en una “sociedad para todos”. Puede, además, contribuir a alcanzar el principio de normalización, es decir, usar los recursos como elementos de ayuda y apoyo, lo que hace que en muchas ocasiones no sea necesario el uso de recursos muy especiales. Las personas con Alzheimer y sus cuidadores pueden beneficiarse de todos los avances tecnológicos que se están produciendo en los últimos años. La idea es utilizar las nuevas tecnologías para ayudar a gente con enfermedades degenerativas, como la demencia, para que puedan conservar su capacidad de autonomía y una cierta calidad de vida, de manera que puedan vivir tranquilamente en sus casas sin que esto suponga un problema

La falta de actividad mental cognitiva explica la disminución de la capacidad de aprendizaje en la vejez. Son de gran relevancia el entrenamiento y la estimulación para activar y/o reactivar funciones nerviosas, siendo un factor protector del deterioro cognitivo y de la demencia.

Debemos desterrar la idea de que “las personas mayores no tienen capacidades para adquirir nuevos conocimientos”. La experiencia muestra que se puede aprender a lo largo de toda la vida, aunque el ritmo de aprendizaje sea más lento, y aunque requiera una dedicación especial. Por lo tanto, se debe facilitar la individualización de la enseñanza, adecuando las tareas:
  • al nivel de cada persona,
  • a sus necesidades,
  • a sus gustos e intereses,
  • a su ritmo de aprendizaje.

El punto de partida debe ser valorar, en primer término, lo conservado a nivel cognitivo, afectivo, volitivo y otros aspectos relacionados con la salud psicofísica; es además importante considerar la funcionalidad de la persona mayor y de sus capacidades (propias y/o asistidas). Y la meta a conseguir será siempre aumentar el grado de autonomía e independencia de la persona y posibilitar una mejora del aprendizaje, haciéndolo más significativo, más activo y motivador. Si la tecnología permite la autocorrección de los ejercicios (para conocer los resultados de inmediato) y la repetición del ejercicio cuantas veces haga falta hasta que la persona interiorice su proceso de aprendizaje, será muy útil para reforzar los aprendizajes.
Por otra parte, otros dos principios fundamentales que deben estar presentes en las tecnologías educativas son: facilitar la integración social y diseñar actividades de trabajo cooperativo, que permitan aumentar la comunicación y socialización con el grupo.
La tecnología puede facilitar el camino en las demandas que enfermos y cuidadores realizan, pudiendo convertirse en una apuesta importante:
  • para envejecer en casa,
  • para afrontar la dependencia,
  • por la corresponsabilidad social,
  • por la calidad.